Elsa Morales, sentida desde el tiempo

La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas. Aristóteles 
Los fenómenos se perciben reflejados en el soporte utilizado para su expresión: espacios en un lienzo, en un encuadre; tiempos envueltos en la no materia, concretizados en el video, en el cine, en los sonidos, en la música, en la palabra oral, etc. En el cine el espacio es percibido a raíz de su composición en el tiempo: se integra pulso, ritmo, el cuándo del momento, la vinculación de gestos y desplazamientos, la acentuación y tono de la voz, la presencia del silencio… para llegar al tema profundo. El soporte es el movimiento y a su vez es pincel, color, martillo y cincel.

Es en este espacio-tiempo-movimiento donde Elsa Morales se me presenta, infinita e incalculable, sus propios trazos espaciales fueron develando los trozos temporales. El arte permite explorar flotando, pintar a Elsa Morales en el tiempo significó esculpirle cuerpo pero también dirigirle esencia, espíritu y explorar un punto de vista evocador.
El telón del tiempo se abrió para lanzar pedazos de estructura que desde la conexión fílmica-video gráfica más intensa descubre y revela dominante su “pintura femenina” (Perán Erminy). Lo femenino como símbolo de lo delicado, transparente y ligero, contornos que dibuja desde un punto y línea para el círculo; grande, amplio, enorme y profundo, como profunda sus “miradas penetrantes” (Francisco Da Antonio).
Su selección de colores, extrayéndolos de la gama más amplia de las intensidades, en oportunidades los pincela al servicio de una multitud de figuras que con fuerza muda emite un grito de dignidad, en otros casos los combina en ideograma: ave, arma = grito en silencio. Con un pedacito trasluce el todo, y el todo es el amor, Da Antonio expresa a propósito de otra dominante: “el gran capítulo del amor”. Y desde lo genuinamente humano captando lo espiritual de las cosas materiales y abstractas, vinculando lo sagrado o misterioso con el gesto de sus acentuadas y poderosas líneas, en algunos casos lisas, ininterrumpidas, figurativas y en otras vibrantes, rítmicas y abstractas. Hurgar meticulosamente para moldear el tiempo-espacio dinámico experimentando sus vibraciones interiores con el fin de proyectar una otra dimensión, que está en sus cuadros, en sellos sonoros no melódicos, en el flotar de sus huellas en el aire; no es palpar lo ordinario sino vincularse a través de lo sensitivo y explorar lo conocido desde las sombras luminosas.
Ella se muestra expuesta en sus obras y se demuestra en la naturaleza. La luna inmensa, real, que aparece al final en el documental se hizo incorporar habiendo aparecido de golpe una noche y siendo testigo de lo que ocurría con sus imágenes y sonidos, deslumbrándolo todo, ordenando con su hechizo ser grabada. Y así se hizo.
Este es un documental dirigido, en mi caso, en base a una realidad no palpada sino en base a sensaciones profundas que vienen dictadas desde la intemporalidad del movimiento y de las abstracciones, desde las más recónditas raíces de la plástica, del ritmo poético silencioso y de las sonoridades transparentes y femeninas.                          
Caracas, 2008

(Texto de Lucía Lamanna expuesto en la exposición: Homenaje a la artista plástica Elsa Morales y proyección del documental "Elsa Morales" en el marco del III Festival de Boleros, Nuevos Valores de Mar  del 1º al 08 julio 2010, estado Vargas)